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Combatir las “fake news”: uno de los grandes retos de todas las instituciones educativas

Líderes
13 Abril 2022

A medida que las noticias falsas (fake news) se esparcen por los medios y las redes sociales, la desinformación alcanza también a los centros educativos y los estudiantes. Ante este fenómeno, los expertos recomiendan fortalecer la educación contra las noticias falsas y enseñar desde el colegio a los alumnos y alumnas a procesar y gestionar la gran cantidad de información a la que se enfrentan a diario  





Ni la pandemia del coronavirus es un plan encubierto para implantar en la gente microchips rastreables ni un astrónomo inglés descubrió vida en la Luna a través de un telescopio, incluidos unicornios y pájaros humanos. Y no, Goofy sigue siendo un perro, no una vaca. Todos son rumores que han corrido por los colegios, por los whatsapps y las redes sociales de los escolares, porque las noticias falsas (fake news) llegan a toda la población y en todos los ámbitos, y también tienen presencia en los centros educativos.








El concepto y la utilización de las fake news no es nuevo. Los expertos advierten de que, aunque siempre han existido bulos o rumores, desde hace años, la desinformación se ha convertido en un problema importante en todo el mundo y las noticias falsas actuales se extienden “más rápido” y son “más persistentes y virales”.


“Al contar con unos canales de divulgación rápidos y donde las personas jóvenes son hábiles, les llegan más fácilmente”, 

explica la profesora Sylvie Pérez.


El también docente Jordi Perales destaca que en muchas ocasiones “una misma noticia falsa puede ser noticia un año y repetirse un tiempo después sin que haya habido ninguna razón aparente que lo explique”.


Esta nueva “variante” de información no verídica ni contrastada, apuntan ambos profesionales, debe ser combatida en las aulas dotando al estudiantado de herramientas. “En el contexto escolar, el alumnado no tiene aún capacidad crítica para distinguir entre una noticia y una que es fake news”, señala Pérez


Una gran mayoría de los jóvenes se informa básicamente por las redes sociales y tienen poco contacto, por ejemplo, con la prensa. “Ellos son conscientes de que están rodeados de fake news, incluso del fenómeno clickbait, pero otra cosa es que sepan identificar esas desinformaciones”, afirma Roser Montañola, profesora de Lengua en Secundaria.



Para Isabel Meira, autora de Likeo, luego existo: redes sociales, periodismo y un extraño virus llamado “fake news”, el problema de estas falsas informaciones es tan acuciante que cada vez se hace más necesaria la alfabetización mediática de los estudiantes: “Cada día nos enfrentamos a noticias falsas, a estrategias de desinformación que nos hacen ciudadanos más pasivos y sujetos a manipulación. ¡Tenemos que despertar nuestros cerebros!”. En ese sentido, considera que el papel de los colegios debe ir más allá de prohibir el uso de los smartphones en las aulas -”eso no soluciona nada”- y pasa por asumir que, como ciudadanos digitales que somos, necesitamos aprender a consumir información en internet.


“Es la única forma de que también podamos ser ciudadanos libres, capaces de tomar decisiones informadas. Y ahí la institución educativa  juega un papel fundamental, pero solo si este es un trabajo conjunto con las familias y con el resto de la sociedad”, 

argumenta.


La preocupación por las informaciones falsas que llegan a la juventud ha derivado en numerosas y variadas iniciativas en todo el mundo en el ámbito escolar. Así, el gigante Google se ha implicado en un programa para educar sobre la desinformación y preparar a estudiantes de entre 12 y 17 años para poder detectar noticias falsas. Este programa, desarrollado en una primera fase en Argentina, Colombia y México para expandirse después a través de una plataforma de educación en línea a toda América Latina de habla hispana, busca fomentar la educación mediática en la región y combatir la desinformación y las fake news a través contenidos en los que se incluyen lecciones para “capacitarse en cómo crear y compartir contenido de manera ética y fortalecer el pensamiento crítico para enfrentar los retos que plantea la tecnología”, explica Google en un comunicado.


Los expertos consideran que la educación mediática y la enseñanza de análisis crítico deben estar incluidas en todo el currículo, de manera transversal, y rechazan que una nueva materia pudiera ser más útil. “Una de las funciones del colegio es dotar a la futura ciudadanía de pleno derecho de las estrategias para poder analizar críticamente la situación. Y eso debe hacerse en todas las materias, no en una en concreto”, mantiene Perales.


Se trata, pues, de que el centro educativo provea a la juventud de la capacidad para “distinguir entre algo documentado y simples opiniones, y a veces, directamente, mentiras”. La respuesta educativa a las noticias falsas, indica el profesor, debe ser “desde la ética, la formación en valores y el respeto al derecho a la información”. Y es que, según su punto de vista, la información en la actualidad es “un derecho de primer orden” y, por tanto, “tendríamos que ser capaces de garantizar que la información sea veraz y comprensible, y que permita la libre creación de opinión”. Para que los futuros adultos puedan exigir este derecho, las personas adolescentes necesitan, concluye, “formarse en conciencia crítica para distinguirlas”.






Para Salva Rodríguez Ojaos, pedagogo, asesor en innovación educativa y autor de La educación que deja huellas y no cicatrices, uno de los grandes retos de los centros escolares en el siglo XXI es enseñar a los alumnos y alumnas a “procesar y gestionar la gran cantidad de información” a la que se enfrentan a diario.

Insiste en que este cambio de perspectiva implica, además, una transformación en la función que tradicionalmente se atribuye al colegio:


“Durante mucho tiempo la función del centro escolar fue la de transmitir información. En la actualidad, necesitamos que nuestros estudiantes aprendan a gestionarla”.




Siete pasos para convertirse en un “fact checker”


En su libro informativo Likeo, luego existo: redes sociales, periodismo y un extraño virus llamado “fake news”, Isabel Meira propone siete pasos para comprobar la veracidad de las informaciones que se pueden aplicar de forma práctica en el aula.


  1. Leer con atención antes de compartir.

  2. Desconfiar siempre que sea necesario y hacerse preguntas.

  3. Evaluar las fuentes de la noticia.

  4. Investigar: buscar la misma noticia en otros medios, comprobar la identidad de las fuentes, etcétera.

  5. Dar una ojeada a los comentarios que genera la noticia.

  6. Buscar si la información ya ha sido aclarada y desmentida en portales especializados en fact checking.

  7. En el caso de encontrar una noticia falsa, denunciar en la plataforma en la que ha sido publicada

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