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Colegios ante el reto de revolucionar las oportunidades de aprendizaje a través de la educación híbrida

Líderes
14 Diciembre 2021

La pandemia trajo consigo multitud de cambios que, a pesar de que en un principio parecían temporales, cada día toman más fuerza para consolidarse. Las instituciones han tenido que dar la bienvenida a lo que se conoce como educación híbrida, un tipo de modalidad que combina el aprendizaje presencial y en los hogares mediado por la tecnología, y que parece ser la clave del futuro de la enseñanza.


La repercusión de la pandemia ha impactado el ámbito sanitario, económico, social… Y uno de los que ha enfrentado más complejidades para adaptarse ha sido la enseñanza. Desde la paralización de actividades al inicio de la pandemia, a la transición de las clases en línea, cuando los recursos lo permitieron, la educación ha debido sortear barreras permanentes.


Y hoy, cuando la presencialidad se impone poco a poco, una de las modalidades que enfrenta desafíos es la llamada educación híbrida, que combina sesiones presenciales con virtuales. 


Bajo este modelo, en numerosos centros educativos han dividido a los alumnos en grupos. Mientras algunos están en la modalidad presencial, el resto asiste a la clase de manera virtual. Todo gracias a las plataformas digitales.


Sin embargo, los expertos señalan que se requiere más que únicamente distribuir tareas entre una modalidad y la otra. De acuerdo con los autores del informe De la educación a distancia a la híbrida: 4 elementos clave para hacerla realidad, publicado por la División de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se requiere repensar la educación y desarrollar modelos de enseñanza y aprendizaje que capturen la atención y el interés de los estudiantes en aprender de maneras diferentes en cada una de estas modalidades. Así, las distintas tecnologías deberán usarse como una herramienta para acelerar los aprendizajes más que como un simple canal para transmitir contenido. 




“Con menos tiempo en las escuelas, es primordial que se priorice el desarrollo de las habilidades de colaboración entre los estudiantes, tanto en el componente presencial como en el remoto”, señala el informe. Y añade: “A medida que los países puedan ir abriendo sus escuelas, se espera una creciente adopción de la educación híbrida, que servirá como canal de transformación digital de los sistemas educativos y para impulsar una educación con mayor calidad, inclusión y flexibilidad”.



Así, el reto de poner en marcha esta organización híbrida de las clases también sirve para dar un nuevo impulso a un modelo educativo que, en opinión de los especialistas, viene para quedarse. Y aunque el profesorado y el alumnado siguen valorando muy positivamente la presencialidad y el contacto directo, el modelo híbrido permite estar preparados para situaciones de emergencia, adaptarse a las preocupaciones de los padres sobre tener hijos fuera de la casa, cumplir los mandatos de distanciamiento físico y garantizar la continuidad educativa


En todo el mundo, las direcciones de los colegios están ampliando su planificación para definir cómo seguirán contando con entornos de aulas híbridas incluso después de la pandemia, permitiendo continuar el aprendizaje prácticamente desde cualquier lugar cuando las inclemencias del tiempo, días con mala calidad del aire, enfermedades, viajes u otros problemas impidan al alumnado asistir a clase en persona.


No hay que confundir educación a distancia de emergencia con educación híbrida. Esta última implica un diseño específico del itinerario que aproveche las ventajas de las dos vertientes, online y presencial.


Dependiendo de la tecnología de cada institución, de la capacidad del aula y de los objetivos fijados en cada plan de estudios, esta modalidad puede aplicarse de tres maneras. En primer lugar destacan las aulas espejo, que proponen que una parte del alumnado se encuentre en la propia clase, mientras que la otra lo haga desde sus hogares a través de alguna plataforma utilizada para realizar videollamadas. En las clases semipresenciales, los alumnos van a la institución algunos días de la semana y los otros permanecen en sus casas. Finalmente, el desdoblamiento incluye la famosa “burbuja”, es decir, los estudiantes hacen turnos para ir a clases, lo que supone menos horas presenciales de cada asignatura, que son compensadas con trabajo desde casa.


Esta nueva metodología trae consigo ciertas ventajas que los expertos en educación no han tardado en destacar, como el hecho de que la tecnología está conduciendo a la creación de nuevas tareas que antes eran inimaginables. En este sentido, los estudiantes se conectan a las aulas de todo el mundo compartiendo documentos y escribiendo de forma colaborativa.


En relación con la evaluación, la interconectividad de los dispositivos inteligentes y la capacidad de capturar grandes cantidades de datos en tiempo real significa que se puede medir el rendimiento de los alumnos de manera que hasta ahora no habíamos sido capaces de hacer.


Uno de los beneficios de esta modalidad que cada vez se adapta más a la sociedad actual es la autonomía. Con la educación híbrida se puede desarrollar más la capacidad de ser autodidacta, lo que despierta en el estudiante una característica de investigador que busca la solución de sus dudas de forma autónoma. Además, un plan híbrido bien planteado amplifica, a mayores, el rendimiento de los alumnos.


Otra ventaja de la educación semipresencial es la planificación de los profesores. Con un flujo de contenidos optimizado y una mejor adecuación de los alumnos, los docentes pueden dedicar más tiempo al acompañamiento de los estudiantes, propiciando un mejor aprendizaje.


No obstante, para que toda esta metodología funcione es indispensable el papel de los estudiantes. El punto positivo es que hoy hablamos de los “nativos digitales”, una generación muy familiarizada con la tecnología, por lo que, para la mayoría de ellos, la metodología a distancia no supone grandes problemas de adaptación, sino que es estimulante.


A pesar de que ya estemos con un pie en el futuro de la educación, no tenemos que olvidarnos de la base de la educación: la presencialidad. Aunque las tecnologías en sí aportan muchas ventajas, no reemplazan la necesidad de una pedagogía fundada en principios sólidos y una metodología activa y bien desarrollada. Los expertos no consideran que la educación presencial vaya a desaparecer, pero sí que se modificarán algunas dinámicas y que es necesario que los cambios se lleven a cabo de forma correcta. Dicho de otra forma: la educación tiene que dejar de ser un espacio de comunicación unidireccional de uno (profesor) a muchos (alumnos) para ser un espacio de reflexión y debate.


En definitiva, son muchas las ventajas que trae consigo la educación híbrida, pero la clave está en la base, en la comunidad educativa y en la formación, tanto de alumnos y profesores, de una educación que ya no es la tradicional.


Las técnicas formativas tradicionales se han quedado obsoletas y esto obliga a cambios en los modelos y las herramientas necesarias para asegurar que todos los protagonistas del ámbito educativo avancen. Estamos inmersos en un proceso imparable, que está obligando a una radical adaptación tecnológica y de mentalidad, en el Flex Learning de Amco constituye una garantía de éxito a los retos de la educación remota, presencial e híbrida, capaz de dar respuesta al 100% de los estudiantes, estén donde estén, con el equipamiento de hardware y software de última generación necesario para garantizar clases de calidad.


¿Está tu colegio preparado para evolucionar las oportunidades de aprendizaje con una educación híbrida?

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